Política
«Esperemos que sea un punto bisagra»
La asamblea que se realizó en la plaza San Martín, en el marco de la Marcha Antifascista y Antirracista, sirvió para poner en palabras sentimientos y propuestas ante las políticas que impulsa el gobierno de Javier Milei. «Esperemos que sea un punto de quiebre», señaló una de las asistentes.

El listado de personas que requirieron el micrófono fue amplio y representativo de diversos sectores, como por ejemplo Salud, Educación y Adultos Mayores. «Desde que Milei es presidente hemos sufrido ataques de odio. En la Argentina de Milei se queman lesbianas», dijo Aixa, integrante de la Red de Identidades Lésbicas Autoconvocadas, durante uno de las primeras alocuciones.
Luego de relatar los ataques de lesboodio que se registraron en el último tiempo, sobre todo el último caso que lo asoció a un agresor que «está avalado por los discursos del presidente de la Nación», expresó que posee «mucha rabia, pero también miedo. De repente, parece que empezamos a retroceder y que nuestros derechos no valen nada. Unamos la lucha, porque somos más pueblo que milicos y ya dijimos que al clóset y al calabozo nunca más».
Luego habló Mary Zerbino, de la agrupación Todas Somos Andrea, y cuestionó al «gobierno fascista que nos avasalla todo el tiempo, no solamente pensando hoy en la diversidad sino también en lo que se viene, porque esto no termina acá si no lo paramos de alguna manera. Se viene por todos nuestros derechos conquistados en años de lucha».
«Los cupos laborales trans, las discapacidades, el sistema de salud que está siendo atacado, están desfinanciando todos los programa relacionados con la violencia de genero, porque para el gobierno no existe y van por mucho más. Ya están pensando en ir contra la figura del femicidio en el Código Penal, pensando en ir para derogar la ley de Aborto legal, seguro y gratuito», advirtió y remarcó: «Tenemos que estar en las calles nuevamente y en todos los lugares que sea necesario, no podemos permitir retroceder 15 o 20 años».
Otra de las voces que se escucharon es la de Mónica Molina, que compartió el documento por el cual la UNLPam adhirió a la marcha antifascista, que había circulado el día anterior. «Viva la universidad pública», cerró.

Punto bisagra.
Otra de las oradoras fue Pilar Galende, integrante del Foro Pampeano por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, de la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir y Desde El Pie. La médica expresó su «profunda emoción, porque siento que esto es lo que estaba esperando que suceda. Es la emoción de encontrarse con una plaza llena, con un pueblo que se despierta y se encuentra en la calle».
«Elijo pensar que esto es mucho más que una movilización, tiene que ser el punto bisagra en el cual no solo vamos a pensar si este es el gobierno que queremos, que está claro que no queremos más estas políticas de avasallamiento a nuestros derechos, sino que sea el inicio de ese país y esa sociedad que queremos construir. Quiero pensar que este es un puntapié, un momento bisagra», continuó.
Como médica generalista, señaló que al trabajar en el territorio conoce «muy de cerca el impacto que está teniendo en muy poco tiempo las medidas del gobierno. No es solamente lo que el colectivo de mujeres y disidencias hemos conquistado en estos años, sino que concretamente se están llevando por delante la salud pública».

Galende advirtió que La Pampa no es una isla. «Se cortaron programas nacionales que son los financian los medicamentos que cubren a las persona con HIV, a las personas que tienen tuberculosis. Ni hablar con las políticas públicas que preservan y hacen cumplir nuestro derecho a la Interrupción Voluntaria del Embarazo, hay provincias que no reciben insumos anticonceptivos. Entonces, es un escenario al cual se dice basta».
«En contra de nuestra libertad».
Otra de las voces que se escuchó durante la jornada fue la de una joven, quien aclaró que no formaba parte de ningún partido u organización. «Soy una persona autoconvocada, me parece que importante nuestra presencia, de personas que ya sea desde nuestra rabia o nuestra empatía nos movilizamos, nos involucramos porque no siempre nos van a afectar individualmente, pero tenemos que entender que está mal y no puede pasar».

«Vine sola, pero sin embargo no me siento sola. Eso es lo importante, no dejar que atenten contra la colectividad, no darle rienda suelta a ese individualismo y egoísmo, de que porque todavía no me afectó sigo mirando la tele», agregó.
«Hay que seguir reforzando los lazos de comunidad, las redes de contención y apoyo, dejar de mirar al otro como alguien que me puede hacer daño. No hay que dejar que nos lo quiten, porque están en contra de nuestra libertad, de la igualdad y del amor que intentamos sembrar años tras año», cerró.
Julián, un vecino santarroseño, también pidió el micrófono para expresar su postura. «Hoy no debería ser un día donde estemos protestando por los derechos que se adquirieron. El señor presidente que tenemos es un cínico y un psicópata, porque meterse en estos problemas de ahora teniendo el país incendiado y entregándoselo a los yankees…», afirmó.

En esa línea, agradeció la presencia de quienes decidieron manifestarse y reconoció que le dio «vergüenza ajena ver tan poca gente. No es por una lucha solamente, es por todo lo que está entregando este señor».
El vecino remarcó que Cristina Fernández de Kirchner y la izquierda «van a volver», y completó: «Basta de ultraderecha, tenemos que despertar».
Un emotivo testimonio.
Durante la asamblea que se realizó en la plaza San Martín, uno de los testimonios más emotivos que se escuchó fue el de Camila, una joven estudiante que con su breve intervención puso en evidencia la importancia que tienen las y los docentes, y lo necesaria que resulta una herramienta como la Educación Sexual Integral.
«Hola, mi nombre es Camila, soy estudiante», comenzó y agregó: «Quiero agradecerle a mi profesora, soy una luchadora contra la violencia de género durante muchos años».
En esa línea, volvió a expresar su agradecimiento a una docente que «me rescató de ese infierno» y colaboró con su familia durante esos momentos. La docente a quien dirigió su mensaje es Virginia Caso y para cerrar deseó que «todos tuvieran una Virginia» en su vida.
«Vemos la desesperación».
Mario Rodríguez, presidente de la Asociación Horizonte Pampa que se dedica a la contención de Adultos Mayores, también pidió utilizar el micrófono. «Es muy importante trabajar en forma conjunta sin fines de lucro para este gran pueblo», afirmó.
En esa línea, comentó que desde la entidad realizan «una contención con juegos y actividades, pero más que nada prestamos oídos por la gravedad que estamos pasando y que vemos venir».
«El grupo que tenemos nosotros oscila entre las cien personas. Lamentablemente dentro de esas familias, en este año de existencia que tiene esta Asociación, hemos notado hasta tres suicidios por la falta de alimento, de remedios y de atención», reveló.
«Es lamentable lo que está pasando con los medicamentos, vemos a diario la desesperación», remarcó e invitó a las y los adultos mayores a sumarse. «Estamos con actividades en la Plaza Martín Fierro los martes y jueves a partir de las 19, y en el Hogar si quieren ir a tomar un mate o pasar un rato en familia».
Finalmente, señaló que «tenemos que ser muchos más los que nos tenemos que sumar, porque Santa Rosa es grande. No tengamos miedo de salir a la calle».
Un testimonio en primera persona.

Iara Altube, quien fue víctima de violencia de género y su pareja intentó asesinarla a fines de 2005, dijo presente en la movilización que se realizó ayer y brindó su testimonio. «Lo primero que quiero hacer es agradecer todo lo que hicieron», dijo al principio de su discurso en alusión a lo que generó su caso.
Altube destacó que «toda La Pampa me apoyó cuando no se sabía si salía del coma o no. Mis padres estuvieron un mes con mis hijos, esperando a ver si yo me despertaba y cómo. Tuve un dios aparte, porque cuando me llevaron al hospital en ese momento no me quisieron atender. El médico dijo ‘qué habrá hecho esta’. Sé que después gracias a dios se armó un protocolo, porque mis padres denunciaron al médico de guardia».
«Pienso en todas las que no pueden defenderse, las que no tienen atrás una estructura familiar que las defienda o que no tienen un lugar a dónde ir el día después de que tuvieron la gran fuerza y voluntad de ir a denunciar…», continuó y se preguntó: «¿Tenemos que llega ra estar en un cajón para que finalmente digan que hay femicidio?, Y que ahora esto vuelva para atrás, a mis épocas, donde había que pelearla de una manera terrible, que a mi me llegaron a poner coronas fúnebres de amenaza para que mi familia deje de pedir derechos para mí y para todas, yo no lo puedo creer».
«Yo me salvé», dijo y bregó porque otras mujeres no tengan que pasar por lo mismo. «Me tocó salir adelante con todo el apoyo, pero sino yo no hubiese tenido acceso al Fleming, me hubiese muerto en esa ambulancia. Fue un intento de femicidio, y no puede ser que ahora lo saquen», planteó.
Además de pedir que un mayor involucramiento de los varones, también pidió «que funcionen los refugios». Por otro lado, remarcó que «lo que nos pasa nos queda para toda la vida. El estrés postraumático queda para toda la vida, hay cosas que lastiman y no se superan. Parece que uno está bien, pero te mataron el 80 % de lo que eras y de lo que podías ser».
«No podemos dejar que esto vuelva para atrás y que no tengamos la protección legal que debemos, la representación que debemos», completó.
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