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La incógnita electoral que Javier Milei no está dispuesto a revelar
El líder libertario avanza con la construcción de su candidatura presidencial y afina su estrategia para enfrentar al kirchnerismo y a Juntos por el Cambio. Candidaturas secretas, euforia por el efecto Villa Gesell y un encono creciente contra Larreta
Javier Milei está exultante. Compartió con sus íntimos un balance de los días del “Tour de la Libertad” en la Costa Atlántica y celebró. Subrayó en sus charlas lo que pasó en Villa Gesell: una recorrida sorpresiva que atrajo a una muchedumbre espontánea. Se trató de un hecho inusual esta temporada: pocos políticos se mostraron en público y la mayoría evitó los actos abiertos, sin la contención de aparatos partidarios.
El “efecto Villa Gesell” encerró en sí mismo un dato. Fue decidido fuera de agenda por Karina Milei después de la buena recepción que tuvo el libertario en Pinamar y Cariló. El precandidato presidencial decidió seguir su consejo, pese a que no había ni una avanzada ni preparación: “No se equivocó. Fue impresionante lo que se generó en esa recorrida. Para hacer cinco cuadras estuvimos casi tres horas”, dijo el diputado en las últimas horas a su círculo cercano sobre esa decisión, que confirma el rol central de su hermana en la campaña.
Con esos actos y el de Mar del Plata, Milei cerró la primera incursión en clave electoral del 2023 en la Costa Atlántica, en el que fue su primer test proselitista. La calle al parecer le devolvió lo que vienen registrando las encuestas desde el año pasado y también las primeras que se conocieron en este enero seco y caluroso: lejos de desinflarse, Milei sigue creciendo.
Esa misma tendencia lo ubica, al mismo tiempo, como presa y predador del oficialismo y la oposición. Y para algunos analistas, más que en víctima, en posible victimario de la grieta. “Una encuesta dice que el frente de chorros viene perdiendo votos hace un año y juntos por el cargo se mantiene estable. Mi crecimiento estaría perjudicando más al kirchnerismo. Eso puede ser cierto”, les comentó este viernes -con su ácida nomenclatura- a interlocutores cercanos.
Se refería al sondeo que elaboró Aresco, la consultora que fundó Julio Aurelio y hoy preside su hijo Federico, que lo ubicó, con el 18,8%, como el precandidato con más intención de voto en la provincia de Buenos Aires. En un escenario sin la candidatura de Cristina Kirchner, Patricia Bullrich tiene 15,7%, Horacio Rodríguez Larreta 12,7% y Facundo Manes 6,1%; mientras que en el Frente de Todos, Sergio Massa reúne 15,5% y Alberto Fernández 14,7%.
Pero la de Aurelio no es la única encuesta que le dio al libertario una alta intención de voto. En el oficialismo y la oposición los sondeos que manejan en reserva lo ubican como tercera fuerza y los porcentajes varían de manera individual entre los 12 puntos (Zuban Córdoba) y los 18 puntos (Aresco).
Por eso los tironeos más o menos explícitos que hay en el oficialismo y la oposición por conseguir algún tipo de acuerdo o entendimiento para, de mínima, evitar que su candidatura nacional beneficie al rival en las categorías provinciales o municipales. El 1° de enero, en una entrevista con Infobae, Martín Tetaz fue el primero que habló acerca de que Milei “no puede ser un límite para Juntos por el Cambio” y planteó la necesidad de algún tipo de acercamiento al menos con su electorado.
“La elección se va a nacionalizar, no va a ser provincial. La clave central va a ser a quién lleves de candidato presidente, porque eso va a arrastrar para abajo. Eso nos está planteando un problema grave en la provincia de Buenos Aires por la fortaleza de la figura Javier Milei a nivel nacional, aún cuando Milei sea un tercer contendiente digno a nivel nacional, el arrastre de la provincia nos va a perjudicar”, dijo en ese reportaje.
Después de Tetaz se sumaron más voces en la oposición pero Milei insistió con tomar distancia de Juntos por el Cambio, al mismo tiempo que recrudecieron sus críticas en público y en privado contra Larreta, a quien identifica como su principal antagonista. Al jefe de gobierno porteño le atribuye diversas zancadillas. De hecho, adelantó el acto en Pinamar por temor a que hubiera infiltrados en el inicio de la recorrida después de saber que se había filtrado dónde empezaría la caminata. “Son capaces de todo”, les dijo a sus colaboradores.