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La angustia del papá de un rehén argentino, a la espera de su liberación: “No lo voy a creer hasta que lo vea”
Itzik Horn, padre de Itán, secuestrado por Hamas, habló desde la Plaza de los Secuestrados. Con cautela y esperanza, contó cómo vive las horas previas y recordó el calvario que atraviesa su familia desde los ataques del 7 de octubre de 2023.
Israel vive horas decisivas. A dos años del ataque de grupo terrorista Hamas que desató la guerra, el país se prepara para recibir a los 20 rehenes que permanecen cautivos en la Franja de Gaza.
La liberación, prevista para los próximos días, forma parte del plan de paz impulsado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que busca poner fin a un conflicto que dejó miles de víctimas.
En Tel Aviv, la expectativa se concentra en la Plaza de los Secuestrados, el epicentro de los reclamos por la liberación de los cautivos. Ahí, Itzik Horn —padre de los argentinos Itán y Yair— espera noticias de su hijo menor. Yair fue liberado meses atrás; Itán continúa en manos del grupo terrorista.
“Estoy contando las horas, como los presos que hacían rayas en el almanaque”, dijo Horn. “Tengo optimismo, pero contenido. Hasta que no vea a Itán y al resto de los secuestrados, no voy a creer. Y cuando digo el resto, me refiero también a los cuerpos de quienes fueron asesinados o secuestrados sin vida. Hasta que todos estén de vuelta en casa, el partido no terminó“.
Desde que recuperó la libertad, Yair vive con la mente puesta en su hermano. “Él está físicamente de vuelta, pero su corazón sigue en Gaza. Va a todos los actos, habla donde puede, pero no puede empezar su recuperación hasta que vuelva Itán”, relató su padre.
La última imagen que la familia tiene de Itán es un video difundido por Hamas, poco después de la liberación de Yair. “Fue la primera vez que lo vimos en 500 días. Estaba muy flaco. Entró con 120 kilos y en el video se lo veía con 70. Imaginate cómo va a salir…“, dijo Horn, con crudeza.
Consultado sobre las posibilidades de una paz duradera, el padre fue cauto: “Depende de qué llamemos paz. Mientras no se reconozca la existencia de Israel y se siga educando a los chicos en el odio, no la va a haber. Es cierto que la paz se firma con el enemigo, pero tiene que empezar por la educación».
Mientras las familias esperan la confirmación oficial, las Fuerzas de Defensa de Israel preparan los operativos para recibir a los rehenes. Los liberados serán trasladados primero a una base militar para su revisión médica y luego distribuidos en hospitales según su estado de salud.
En la plaza, decenas de personas mantienen una vigilia permanente. Banderas, fotos y carteles con la consigna “Tráiganlos a casa ahora” cubren los muros frente al Ministerio de Defensa. “Esperemos que todo avance según lo acordado”, pidió Itzik, antes de despedirse.