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¿Irías de vacaciones a un lugar embrujado?: 7 hoteles con historias oscuras

Un número creciente de hoteles construidos en lugares como antiguas prisiones, recintos de sectas, instalaciones militares extintas y cementerios apuestan por sus pasados dramáticos.
En una época en la que los hoteles boutique compiten por el dinero con servicios dignos de Instagram, como chefs famosos y piscinas infinitas, algunos establecimientos han descubierto que su mayor ventaja puede ser su pasado accidentado.
Un número creciente de hoteles construidos en lugares como antiguas prisiones, recintos de sectas, instalaciones militares extintas y cementerios apuestan por historias oscuras y dramáticas.
Hay oportunismo inmobiliario y comercial, sin duda. Algunos hoteles han respondido a la demanda de narrativas con historiadores internos. Pero también existe una fascinación por sumergirse en lugares donde las personas que estuvieron antes se enfrentaron a circunstancias terribles. Quizá incluso los lugares más conflictivos puedan encontrar la redención mediante un diseño bien pensado y el paso del tiempo.
He aquí siete lugares donde alojarse con un toque macabro.
McMenamins Edgefield
McMenamins Edgefield, a unos 24 kilómetros de Portland, Oregón, ofrece un ambiente relajado donde los huéspedes pueden tomar cerveza artesanal, reservar un masaje o jugar golf.
Pocos huéspedes se dan cuenta de que se alojan en lo que alguna vez fue conocido como los Cedros, considerado uno de los primeros centros de detención de mujeres acusadas de ser portadoras de infecciones de transmisión sexual. Los Cedros abrieron en 1917 como parte de un pánico público en torno a la higiene social, alimentado por el temor a que los soldados se infectaran. Miles de mujeres fueron recluidas, a menudo sin el debido proceso, en todo el país.
“Por supuesto, siempre era culpa de la mujer”, dijo Caitlin Popp, directora de guías turísticos de McMenamins. “Era muy de su época”.
Los Cedros cerraron en 1923 tras la prensa negativa recibida cuando Ruth Brown, una mujer negra, demandó con éxito para obtener su libertad. Una parte del lugar se convirtió en una “granja de pobres”, una institución financiada con fondos públicos que proporcionaba comida, alojamiento y, a veces, empleo en la época anterior al Seguro Social. Luego se convirtió en una academia militar para jóvenes, viviendas para personal médico y de enfermería y una residencia para ancianos, hasta que se deterioró en la década de 1980. Después de que el lugar fuera abandonado, McMenamins inició su resurgimiento en 1990 con una “limpieza” a cargo de una banda de gaitas y tambores.
El edificio que alguna vez albergó los Cedros ahora es un balneario con una piscina de inmersión anexa. Un huerto abastece a los restaurantes, y un antiguo edificio de detención se ha convertido en almacén y estudios de artistas. El hotel mantiene un “registro de fantasmas” para que los huéspedes escriban crónicas de encuentros sobrenaturales, que tiene muchas entradas, sobre todo para la “habitación más embrujada”, la 215, donde una vez se pintó con aerosol un gran pentagrama en el suelo.
Las habitaciones privadas cuestan entre 130 y 300 dólares.
The Richardson Hotel
Situado en un campus de más de 17 hectáreas en Búfalo, Nueva York, diseñado por Frederick Law Olmsted y designado monumento histórico nacional, este edificio, diseñado por Henry Hobson Richardson a finales del siglo XIX, sirvió como hospital psiquiátrico hasta que los últimos pacientes lo abandonaron en 1974.
Olmsted concibió el campus lleno de árboles para que fuera abierto, de modo que los pacientes no se sintieran confinados y pudieran experimentar la naturaleza a diario. El complejo siguió el modelo de Thomas Story Kirkbride, pionero en la atención a las personas con enfermedades mentales, de rechazar los hospicios y las cárceles en favor de entornos más habitables.
“Su modelo de tratamiento, aire fresco, trabajo útil, socialización, un entorno bucólico, salir de las ajetreadas y sucias ciudades resonó”, dijo Paris Roselli, presidente del Campus Richardson Olmsted, una organización sin fines de lucro que gestiona la propiedad.

Después de que el hospital cerrara, “simplemente se quedó pudriéndose”, dijo Roselli. Los activistas de la comunidad lucharon para que se transfiriera a la organización sin fines de lucro.
En 2017, la organización sin fines de lucro Richardson Center Corp., con base en un plan maestro comunitario para el campus, convirtió tres edificios en un hotel boutique de 88 habitaciones y un espacio para reuniones, con salón de baile y vinoteca. Se conservaron los amplios pasillos con luz natural de Kirkbride.
Las habitaciones comienzan en 169 dólares la noche.
Hotel Pfister
Este hotel de Milwaukee, cuyo fundador, Guido Pfister, murió antes de que se terminara de construir, ha estado plagado de avistamientos de fantasmas desde su inauguración en 1893.
Cuenta la leyenda que el hotel se construyó sobre un cementerio privado, dijo Anna Lardinois, escritora y propietaria de Gothic Milwaukee, una empresa que ofrece visitas guiadas a lugares espeluznantes de la ciudad. Los huéspedes han declarado sentir presencias embrujadas en el segundo piso y ver una figura sombría en el balcón del salón de baile.

Entre los huéspedes frecuentes del Pfister se encuentran los equipos de las Grandes Ligas de Béisbol que visitan la ciudad para jugar contra los Brewers de Milwaukee. Algunos de esos jugadores han relatado sucesos extraños en el hotel, como ruidos extraños y luces parpadeantes; la estrella de los Dodgers de Los Ángeles, Mookie Betts, ha dicho que se niega a alojarse allí por posibles fantasmas. Megan Thee Stallion, la rapera, compartió en las redes sociales que había participado en una cacería de fantasmas durante su estancia en 2021.
“Si tienes mucha historia”, dijo Lardinois, “va a haber algunos fantasmas”.
Algunos lugareños dan la bienvenida a lo sobrenatural, pues lo consideran una forma de intentar ayudar a ganar a los equipos de la ciudad.
Los precios de las habitaciones van de los 149 a los 899 dólares.
The Crescent Hotel and Spa
El hotel y spa The Crescent fue construido en 1886 en Eureka Springs, Arkansas, en los Ozarks, cerca de manantiales con aguas que se creía que tenían propiedades curativas. En 1937, Norman Baker, un famoso millonario que afirmaba ser médico a pesar de no tener formación, convirtió el Crescent en un hospital y declaró que podía curar diversas dolencias. Esas afirmaciones –incluida la de que podía curar el cáncer– condujeron a su condena por cargos de fraude postal.
En 2019, unos arqueólogos descubrieron en el suelo del hotel extraños objetos de la época de Baker, como botellas de elixires secretos, restos de sierras para huesos e inquietantes muestras médicas en frascos. Muchos están expuestos en lo que fue la morgue.

Actualmente, el Crescent, que afirma ser el hotel más embrujado de Estados Unidos, organiza un fin de semana de murder mistery (misterio de asesinato) y una conferencia paranormal, ambos eventos anuales. Los huéspedes pueden hacer visitas guiadas de fantasmas diseñadas para adultos o para niños de 5 a 12 años.
Las fotos de fantasmas y las historias de los huéspedes son compartidas por influencers de lo paranormal en TikTok y YouTube. El hotel actual es elegante, con impresionantes vistas, lámparas de araña y exuberantes jardines.
“Nos apoyamos en nuestro pasado paranormal”, dijo Gina Rambo, directora de mercadotecnia y comunicaciones del Crescent. “Tenemos algunos huéspedes que dicen: ‘Haremos una visita, pero no pasaremos la noche’. No pasa nada. Lo entendemos”.
Las habitaciones cuestan de 149 a 599 dólares.
Hotel Kimpton Armory
Si estás en Bozeman, Montana, y buscas un lugar donde alojarte que admita mascotas, esté equipado con máquinas Peloton y que en su día albergó un campo de tiro, no busques más.
El Hotel Kimpton Armory, inaugurado en 2020, ocupa la histórica armería de Bozeman. El edificio art déco, terminado en 1941, sirvió de base al 163.º Regimiento de Infantería de la Guardia Nacional de Montana durante más de 60 años.
Los orígenes bélicos son imposibles de ignorar, y de eso se trata. La sala de fusilería, la sala de música a prueba de ruido (para la banda militar) y las paredes de 45 centímetros de grosor sirven de recordatorio. El antiguo gimnasio y el piso de instrucción se han transformado en la Sala de Música de la Armería.

Los militares retirados suelen visitar el Tune Up, un bar que rinde homenaje al regimiento, dijo Cory Lawrence, director ejecutivo de Off the Beaten Path, una empresa de viajes, quien dirigió la restauración.
“Les encanta la experiencia”, dijo. “Porque los vestigios siguen ahí”.
Las habitaciones van de los 250 a los 977 dólares.
Hotel Liberty
En las calles adoquinadas de Beacon Hill se alza una audaz conversión hotelera. El Liberty Hotel, inaugurado en 2007, ocupa la estructura de la cárcel de Charles Street, una fortaleza de estilo gótico que albergó a los presos más conocidos de Nueva Inglaterra durante 140 años (entre ellos el mafioso Whitey Bulger, el alcalde de Boston James Michael Curley y los anarquistas Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti).
Como el edificio ha sido designado lugar histórico estatal y nacional, los diseñadores “pudieron conservar gran parte de la estructura original y luego añadir esa sensación de lujo”, dijo Mark Fischer, director general del hotel.
Hoy, algunas de las celdas originales son visibles como temas de conversación. La rotonda de 27 metros de altura, antaño punto focal de la cárcel para los guardias que vigilaban los bloques de celdas, es un vestíbulo espectacular. Las pasarelas se utilizan como zonas para sentarse o para eventos.
Los restaurantes del hotel acogen la historia con nombres como Clink y Alibi (“chirona” y “coartada”, en español), y el primero es la ubicación de la “celda de los borrachos” de la cárcel.
Los precios de las habitaciones comienzan en 590 dólares.
Lodge at Marconi
Encaramado sobre la bahía de Tomales, en el condado de Marin, el Lodge at Marconi ocupa uno de los lugares más extraños del norte de California.
Originalmente propiedad de Guglielmo Marconi, pionero de la tecnología radiofónica, el lugar fue utilizado como estación receptora de radio.
A principios de la década de 1960, el famoso programa de rehabilitación de drogadictos Synanon adquirió la propiedad como sede. Lo que empezó como un enfoque innovador del tratamiento de la adicción se transformó en una secta, y eso llevó al almacenamiento de armas y a acusaciones de intento de asesinato.
El estado tomó el control de la propiedad en la década de 1980 y se convirtió en un centro de conferencias antes de una renovación en 2023. En la actualidad, el lujoso albergue ofrece rutas de senderismo, observación de aves y juegos de mesa.
Probablemente sea buena idea llevar algo de salvia para alejar la energía negativa, por si acaso.
Las habitaciones cuestan a partir de 323 dólares, según su sitio web.
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