General Policiales
Mató a su tía, estuvo dos años escondido en Brasil y ocho años después lo condenaron a perpetua por el crimen

Pablo Dlugokinski se escapó tras el hecho y trabajó como músico durante dos años. También fue encontrado responsable del asesinato de la pareja de la mujer.
Ocho años y medio después del doble crimen que conmocionó a Misiones, la Justicia condenó a prisión perpetua a Pablo Dlugokinski, el último acusado que restaba juzgar por el asesinato de una pareja de agricultores de Puerto Rosario, ocurrido en marzo de 2017.
El caso tuvo particularidades de película. Tras el asesinato, Dlugokinski se fugó a Brasil, donde vivió dos años bajo una identidad falsa y se ganó la vida cantando en bares y fiestas cerca de Porto Alegre.
Su vida en la clandestinidad terminó en 2019, cuando su pareja lo denunció por violencia de género y reveló su verdadera identidad.
Las autoridades brasileñas lo condenaron por usar documentos falsos y, en 2021, lo expulsaron del país tras comprobar que había ingresado por un paso ilegal. Desde entonces, quedó detenido en Misiones con prisión preventiva, hasta que el Tribunal Penal de Oberá dictó la sentencia definitiva el 27 de agosto pasado.
El plan criminal
Para los jueces Horacio Paniagua, Jorge Villalba y Julio Carvallo, no hubo dudas: Dlugokinski fue coautor del doble homicidio junto a su hermano Víctor y su cuñado Leandro Bublitz.
La investigación reconstruyó un crimen marcado por la violencia y el ensañamiento. Las víctimas, Sandro Leiva y Olivia Márquez, trabajaban en la chacra de Ildo Victorino Dlugokinski, el padre de los hermanos. La mujer era tía de los condenados.
La noche del 25 de marzo de 2017, Ildo murió en un incendio que sus hijos atribuyeron a la pareja de agricultores.
Tres días después, el 28 de marzo, citaron al matrimonio a la casa de Víctor. Cuando llegaron, los encañonaron, maniataron, golpearon y ejecutaron con una pistola y una escopeta.
Después, cargaron los cuerpos en un auto, los llevaron hasta un cerro, cavaron una fosa y los enterraron junto con chala de maíz para ocultar rastros de sangre. Para borrar las huellas, araron la tierra.
El error que delató a los asesinos
El plan para desaparecer las pruebas casi les salió perfecto. Pero una patrulla de Gendarmería sobre la ruta Costera 2 les pidió abrir el baúl del Chevrolet Aveo en el que viajaban. Allí encontraron la moto de las víctimas, parcialmente desarmada.
Aunque la credencial policial de Víctor y una coartada improvisada les permitieron entonces seguir viaje, el hallazgo fue clave para orientar la investigación.
Días después, la moto apareció descartada en un arroyo. El testimonio de los gendarmes y la denuncia de los familiares de Sandro y Olivia terminaron de cerrar el círculo sobre los hermanos y su cuñado.
Un juicio marcado por la impunidad
La Justicia determinó que el doble crimen se cometió con alevosía y ensañamiento. El móvil: la sospecha de los hermanos de que la pareja había provocado el incendio en el que murió su padre.
En 2021, el Tribunal Penal de Oberá ya había condenado a prisión perpetua a Víctor Dlugokinski y Leandro Bublitz. Pablo, en ese momento, seguía prófugo en Brasil.
A fines de ese año, tras ser expulsado del país vecino, Pablo fue entregado a la Policía de Misiones en el paso fronterizo San Javier-Porto Xavier. Ahora, el mismo tribunal –con otros jueces– lo encontró culpable y le dictó la misma pena.
Tras escuchar la sentencia, Dlugokinski se resignó ante los periodistas. “Me condenaron sin pruebas, injustamente, qué le voy a hacer”, dijo antes de subir al vehículo del Servicio Penitenciario provincial
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