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Economía

El segundo semestre arrancó tan mal como el primero

En la primera semana de julio de 2024, se han manifestado diversos aspectos preocupantes de la economía nacional, que destacan la profundidad de la crisis y la insuficiencia de las medidas del gobierno de Javier Milei. El derrumbe de la actividad no se detiene.

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Vamos a hacer un repaso de lo que trajo julio como información acerca del país que estamos viviendo. Con ese repaso, la conclusión es inevitable: el modelo libertario no puede funcionar.

El balance cambiario del Banco Central de la República Argentina (BCRA) para mayo mostró una cuenta corriente positiva de 1.161 millones de dólares. Sin embargo, las importaciones registradas fueron de 3.744 millones de dólares, mientras que según los datos del INDEC, las importaciones devengadas ascendieron a 4.966 millones de dólares, evidenciando una considerable “deuda” con los importadores.

Además, se reportó un ingreso de préstamos financieros por 200 millones de dólares, que sin embargo no lograron afianzarse en las reservas. Estos datos indican una presión significativa sobre las reservas del BCRA y una creciente deuda comercial que podría generar problemas más graves en el corto plazo.

El mercado cambiario y financiero ha sido testigo de una semana de notable inestabilidad, sin lograr capitalizar la ley Bases, el famoso “vender con la noticia”, pero un golpe que el gobierno no esperaba. El dólar blue experimentó un incremento de 20 pesos, alcanzando los 1.425 pesos, mientras que los bonos soberanos continuaron su caída, aproximándose a los mínimos de junio.

El Riesgo País se elevó a 1.570 puntos básicos y los tipos de cambio paralelos aumentaron un 4% en solo dos días. Aunque después se estabilizó, y volvió a perforar los 1500 puntos. Esta situación obligó al Gobierno a reiterar que no planea una devaluación abrupta, aunque la brecha cambiaria se amplió al 56%. La conferencia de prensa del ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili (el 28J), donde se anunció la migración de deuda del Banco Central al Tesoro, fue recibida negativamente por los inversores, exacerbando la volatilidad en los indicadores económicos clave.

La política cambiaria del gobierno se ha enfocado en mantener un “crawling peg” del 2% mensual hasta fin de año, lo que llevaría el valor del dólar a 1.016 pesos para diciembre. Esta estrategia refleja la intención de controlar la devaluación de manera gradual y predecible, pero la situación luce complicada para las obsesiones del gobierno, y surgen preguntas sobre la sustentabilidad del modelo económico. Sólo un IPC perforando en estos meses el 2% mensual puede salvar el programa. Aunque sin dólares frescos no habrá apertura del cepo sin shocks. No descartamos que al gobierno no le importe un “last shock” previo a un tipo de cambio fijo, tal como ocurrió con la convertibilidad en febrero de 1991. Cómo se puede leer, hay bastante incertidumbre.

Los despachos de cemento (AFCP) en junio de 2024 registraron una caída del 7,4% mensual y del 32,8% anual, con un nivel de 727.405 toneladas, el peor nivel desde junio de 2008. Este descenso sugiere una nueva ralentización de la obra pública, posiblemente debido a una mayor reducción en el gasto público.

El índice Construya, relacionado con la construcción privada, subió 9,7% en junio sobre mayo, pero se mantiene más de 30% abajo respecto de junio de 2023. La actividad de la construcción muestra debilidad, reflejando la desaceleración económica con implicaciones negativas para el empleo y el desarrollo económico.

En la industria automotriz y de maquinaria agrícola, las ventas de unidades cero kilómetro cayeron un 14,7% respecto a mayo, con un nivel de exportaciones negativo desde enero. En junio se fabricaron 32.029 automóviles, un 16,7% menos que en el mes anterior, y un 40,2% menos que en junio de 2023, cuando se produjeron 53.522 unidades. Los patentamientos de vehículos 0 km disminuyeron un 14,1% en comparación con mayo, totalizando 29.878 unidades, lo que representa una caída del 25,5% respecto a junio de 2023. La maquinaria agrícola también mostró números negativos en junio, con una caída del 33,3% en los patentamientos de equipos autopropulsados respecto a junio de 2023, y una retracción del 36,0% con relación a mayo.

La situación social en Argentina es preocupante. Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), la pobreza alcanzó al 55% de la población en marzo, mientras que la indigencia escaló al 17,5%. Esto implica que 25 millones de argentinos viven en situación de pobreza y 7,8 millones son indigentes. El consumo de carne ha caído al nivel más bajo de los últimos 110 años, con un consumo anual per cápita proyectado por debajo de los 44,8 kilos, muy por debajo del promedio histórico de 72,9 kilos. La situación económica y social ha alcanzado niveles alarmantes, reflejando el impacto devastador de las políticas sociales inexistentes del actual gobierno.

El informe de avance de presupuesto al Congreso revela que en los primeros cinco meses del año, el gobierno ha ejecutado solo el 14,9% de su presupuesto destinado a servicios para la industria, equivalente a 26.000 millones de pesos, mientras que ha destinado el 52,5% del presupuesto a la deuda pública, un monto que asciende a 28,6 billones de pesos. Estas cifras evidencian las prioridades del gobierno, enfocándose significativamente en el pago de la deuda pública a expensas de la inversión en programas industriales, lo que subraya una política económica orientada a la estabilización financiera a corto plazo, mientras que la industria, crucial para el crecimiento económico sostenible, la inclusión social y la investigación tecnológica, recibe una atención considerablemente menor.

La situación económica y social en Argentina refleja una profunda crisis caracterizada por la inestabilidad financiera, una disminución alarmante en la producción y el consumo, y un aumento significativo en la pobreza y la indigencia. El sector automotriz y de maquinaria agrícola han mostrado caídas preocupantes, al igual que la construcción, que ha experimentado un derrumbe considerable. El consumo de carne ha alcanzado niveles históricamente bajos, señalando un deterioro en el poder adquisitivo de la población. A pesar de una breve desaceleración inflacionaria, esta tendencia positiva se ha detenido, añadiendo una capa más de complejidad a la recuperación económica.

Finalmente, nos preocupa sobre manera una situación que no tiene hoja de ruta para el gobierno: el crecimiento requiere pesos, si va a ocurrir un salto enla actividad deberá ocurrir de la mano de más ventas o más exportaciones, en ambos casos requerirá más pesos en la calle. Pero la estrategia de Economía de pasar la deuda del BCRA al Tesoro, presenta una contradicción insalvable: los intereses que deberá atender el Tesoro van a requerir pesos que en n principio serán absorbidos de la base monetaria. ¿De dónde van a salir los pesos para crecer? ¿Nuestra hipótesis? La última preocupación real del gobierno es el crecimiento.

La situación actual demanda medidas efectivas y urgentes para reactivar la economía y mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y las ciudadanas, algo que el gobierno de Javier Milei no ha logrado implementar hasta el momento.

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