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El grave déficit financiero del Vaticano que deberá afrontar el nuevo papa: ajustes y revisión de cuentas

Es un tema prioritario en la agenda del futuro pontífice. Un escenario complejo que deja al descubierto el “rojo” de las cuentas de la Santa Sede.

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Todas las miradas del mundo católico están puestas en el cónclave y en quién será el nuevo papa. Pero más allá de la urgencia por definir al sucesor de Francisco, el mayor desafío interno que heredará el futuro líder de la Iglesia se define en solo dos palabras: déficit financiero.

El rojo en las cuentas aumenta cada año. Se habla de ajuste, revisión de cuentas y de reformas, según el dossier vaticano sobre finanzas internas debatido por el cuerpo cardenalicio.

La situación proyectada es “desastrosa”, afirmó el diario italiano La Republica. No fue una sorpresa. “Se necesitaría más bien un milagro” para superar la crisis, sentenció un cardenal citado por el periódico en forma anónima.

El balance de 2022 evidenció un rojo de 77,7 millones de euros. Según el periódico romano, el más importante del país, saltó a 83,5 millones en 2023 y a 87 millones el año pasado.

Los cardenales debaten también las finanzas vaticanas

El cuerpo de cardenales se viene reuniendo desde el día siguiente a la muerte de Francisco. Primero para fijar la fecha del funeral. Luego, para detallar aspectos de la ceremonia.

Pero desde esta semana las conversaciones giran en torno al cónclave. Los cardenales participan activamente en las llamadas congregaciones generales, que no son otra cosa que cumbres previas a la elección del nuevo papa.

ARCHIVO – Un grupo de cardenales participa en una misa presidida por el cardenal Pietro Parolin el domingo 27 de abril de 2025, en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, durante el segundo de nueve días de duelo por el fallecimiento del papa Francisco. (AP Foto/Andreea Alexandru, archivo)

La diferencia es que en estas congregaciones participa todo el cuerpo cardenalicio, incluso aquellos purpurados mayores de 80 años que, por su edad, no pueden ser parte del cónclave. No tienen derecho a voto.

Allí se proyecta el futuro de la Iglesia y el perfil que tendrá el nuevo pontífice. Pero también se habla -y se debate- sobre la situación financiera vaticana.

Según filtraciones de la prensa italiana, en una de estas reuniones el coordinador del Consejo para la Economía, el cardenal Reinhard Marx, delineó los desafíos financieros que enfrentará la Santa Sede con especial énfasis en la sostenibilidad de las labores de la Iglesia.

El debate fue amplio. El cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, habló sobre el comité de inversiones; Christoph Schoenborn, presidente de la Comisión de vigilancia del Instituto para Obras de Religión (IOR), informó sobre la situación de la banca vaticana y Fernando Vergez Alzaga, presidente emérito de la Gobernación, dio detalles de algunos trabajos de reestructuración financiera.

“La sensación general fue de shock. El déficit de balance será un problema muy grave para el nuevo papa, quienquiera que sea”, dijo el cardenal citado por La Repubblica.

Las causas de la crisis y la continuidad de las reformas

Las causas son variadas, pero se apunta en especial a la disminución de las donaciones y el peso creciente del sistema previsional del Vaticano. También ha habido sonados casos de corrupción, como el que involucró al condenado cardenal Angelo Becciu.

Otro tema seguido muy de cerca durante las deliberaciones previas al cónclave, que empezará el miércoles próximo en la Capilla Sixtina, fue el de las reformas de la economía vaticana.

Este es un punto que conoce bien el cardenal italiano Pietro Parolín, secretario de Estado de Francisco y uno de los grandes favoritos para asumir el trono de Pedro.

En sus 12 años de pontificado, Francisco impulsó una serie de reformas económicas con el ojo puesto en la construcción de una Iglesia más austera, transparente y socialmente responsable. Su lema fue la transparencia financiera, la reducción de gastos y la gestión eficiente de los recursos.

El cardenal Matteo Zuppi llega a la Basílica de San Pedro, mientras el cuerpo del Papa Francisco es llevado en un ataúd dentro de la Basílica, el día de su traslado, en el Vaticano, el 23 de abril de 2025 (Foto: Reuters/Hannah McKay)

En ese marco creó la Secretaría para la Economía, reformó la autoridad financiera para aumentar el control sobre las cuentas vaticanas, actualizó el sistema de pensiones y recortó salarios de la curia. Pero no fu suficiente.

“La sensación es que la Curia Romana insiste en la continuación de las reformas de Francisco, con correcciones de rumbo que afectan a algunos focos desordenados”, dijo una fuente vaticana citada por La Stampa. Según afirmó, “la ruta debería retomarse desde lo que hoy está funcionando”.

En ese combo entran desde la gestión de contratos, inversiones y activos inmobiliarios, hasta el mantenimiento de la recuperación del IOR y la consolidación del Consejo de Economía y la Secretaría de Economía.

El punto prioritario sería la revisión de gastos y equilibrar “el vaciamiento de las disponibilidades económicas de la Secretaría de Estado”, añadió la fuente.

La buena noticia es que en los últimos días el Consejo para la Economía aprobó el nuevo balance presentado por entes pontificios para el período abril-diciembre de este año.

El hecho es relevante: el fallecido papa Francisco lo había devuelto en diciembre porque no contenían los recortes pedidos. Se trataba, según trascendió, de un ajuste sustancial.

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