Por qué el poder de compra de los salarios mejora en dólares, pero no se recupera en pesos

Los ingresos medidos en moneda extranjera promueven los consumos en el exterior. Sin embargo, la dinámica no se replica en las compras locales.

La dinámica salarial en la Argentina corre por dos vías paralelas. Por un lado, está la mejora en dólares de los sueldos promedio que celebra el Gobierno. Por el otro, aparecen los límites de las remuneraciones en la vida cotidiana.

Así, el nivel de salarios que hace posible veranear en el exterior o comprar cosas vía courier se encuentra con dificultades para afrontar gastos en pesos. Economistas consultados por TN explicaron que esa dinámica es otra muestra de la política de usar el precio del dólar como ancla nominal para contener a la inflación, aun en el actual esquema de bandas.

“La apreciación cambiaria genera un contexto de desinflación que da una sensación de alivio, pero a costa de un mayor riesgo de crisis. Además, consolida una nueva distribución del ingreso: mientras el poder adquisitivo para importar y viajar al exterior se acerca a máximos de las últimas dos décadas, el poder de compra vinculado a la canasta básica y a los indicadores de pobreza se encuentra 10-15% por debajo”, sintetizó un informe de la consultora CP.

Salario real vs. salario en dólares

Hay una disociación entre los ingresos reales y medidos en moneda estadounidense. “Para ver los salarios reales, los deflactamos por la inflación. En cambio, al ver el salario en dólares, pasamos un sueldo promedio, por ejemplo, a la cantidad de dólares equivalente. Básicamente, ambos actúan como denominadores. Como la inflación crece más que la variación del tipo de cambio (en el promedio), el número final aumenta a menor ritmo”, explicó Florencia Iragui, economista de LCG.

Por su parte, Mateo Borenstein, economista de Empiria, señaló: “Desde noviembre de 2024 los salarios, en términos reales, no crecen. Esto quiere decir que el poder de compra de los argentinos en la Argentina se mantiene estable desde ese momento″.

Y agregó: “Por otro lado, como hubo una apreciación cambiaria muy fuerte, eso generó que el poder de compra de los argentinos en el exterior creciera. Además, esto fue profundizado por la eliminación del impuesto PAIS y la salida del cepo”.

En la misma sintonía, Gonzalo Carrera, economista de Equilibra, dijo que entre noviembre de 2024 y febrero de 2025 hubo un estancamiento de los salarios reales y dijo que en marzo y abril mostraron una caída.

“Esa baja se da en el marco de un Gobierno que trata de intervenir con fuerza en la posible espiralización de la mayor inflación que hubo en marzo y abril. La estrategia del Gobierno fue tener como ancla los salarios en esta parte del plan, para que el shock inflacionario sea transitorio”, explicó.

En contraposición a la caída de los sueldos reales, los funcionarios del equipo económico suelen celebrar la recuperación de los salarios en dólares. Para CP, la apreciación del tipo de cambio desvinculó el salario en moneda dura de la medición en términos reales, más asociada al bienestar.

“El programa económico lleva a los salarios en dólares altos a fines de estabilizar, pero este esfuerzo macroeconómico no se traduce en un poder adquisitivo elevado”, consideró el informe de esa consultora.

¿Puede recuperarse el salario real?

Ante esta situación, la pregunta central es si en algún momento la suba de los salarios en dólares tendrá como correlato la mejora del poder de compra en la Argentina.

Para Carrera, es difícil que los ingresos se recuperen en términos reales en un contexto de menor inflación proyectada. Por eso, cree que la bifurcación entre poder adquisitivo en pesos y en dólares continuará, ya que el tipo de cambio se mantendrá apreciado.

“El Gobierno sigue en la estrategia de hacer una apertura comercial y creo que, a menos que no haya dólares para satisfacer este aumento de las importaciones, debería continuar creciendo el consumo de bienes durables o importados. En cambio, el salario real en alimentos y consumos locales va a ser más complejo de recuperar”, sostuvo Carrera.

En la misma sintonía, Borenstein afirmó: “Nosotros tenemos proyectado que el salario real se va a mantener relativamente estable en pesos de acá a fin de año, o hasta las elecciones, y creemos que el dólar va a seguir estando atrasado por lo menos hasta noviembre. Eso va a generar que el poder de compra de los argentinos en el exterior se expanda y que el ritmo de las importaciones se mantenga”.

Para CP, hay dos escenarios posibles. En el más optimista y cercano al Gobierno, el ancla cambiaria es muy eficaz y, junto con negociaciones salariales por debajo del 2%, llevarían a la inflación a niveles en torno al 1% mensual. “Esto implicaría, para los próximos meses, aún con paritarias disciplinadas y dentro de la pauta, una recuperación del poder adquisitivo”, indicaron los analistas de esa consultora.

En la situación alternativa, la recuperación de los ingresos se daría en el marco de una mayor inflación y mientras se pueda mantener el tipo de cambio contenido. Ese ancla podría empezar a flaquear desde agosto y, así, complicar el descenso de la inflación.

“La volatilidad cambiaria, en el marco de las dificultades de un esquema que fuerza la apreciación cambiaria, volvería a marcar la agenda. Las consecuencias nocivas sobre el poder adquisitivo son conocidos”, cerró CP.