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La ola de frío colapsó el suministro de gas y deja a medio país sin GNC

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La intensa ola de frío polar ha sumido al sistema de abastecimiento de gas natural de Argentina en una emergencia sin precedentes, afectando gravemente a hogares, estaciones de servicio e industrias en gran parte del país. 

La situación, catalogada de «severas complicaciones», ha llevado a cortes masivos y a la interrupción de exportaciones, evidenciando la fragilidad de la infraestructura energética nacional frente a picos de demanda.

Este miércoles 2 de julio, el Comité Ejecutivo de Emergencia, integrado por autoridades gubernamentales y empresas gasíferas, decidió ampliar los cortes de suministro que ya afectaban a usuarios interrumpibles. Ahora, las estaciones de servicio de GNC e industrias de casi todo el país están sin servicio, y las exportaciones de gas a Chile fueron suspendidas. Se estima que estas restricciones se mantendrán por al menos 24 horas, o hasta que la demanda disminuya y la producción en Vaca Muerta se recupere.

Hogares al límite

La situación más crítica se reportó en Mar del Plata, donde cientos de usuarios domiciliarios sufrieron cortes de suministro o baja presión en el gasoducto, afectando directamente a los hogares y apagando calefones. La empresa prestadora del servicio local, Camuzzi, emitió un comunicado atribuyendo los problemas a «factores ajenos a la compañía», aunque reconoció la «merma en la presión del sistema» y las «tareas de reconexión».

Aunque otras grandes distribuidoras como Metrogas (AMBA), Naturgy, Litoral Gas y Ecogas, que abastecen a centros urbanos como Córdoba, Rosario y Mendoza, aseguraron que la demanda prioritaria para los hogares está garantizada, la preocupación se extiende por el país ante la percepción de usuarios sobre calefones inoperativos o agua que no llega a calentar. Desde Metrogas, si bien reconocen casos aislados de baja presión en horas pico, sostienen la estabilidad del sistema para sus 2.5 millones de clientes.

Combinación explosiva

El contexto de esta crisis es una ola de frío polar histórica, que ha disparado el consumo domiciliario de gas a niveles récord. Las temperaturas en Buenos Aires, por ejemplo, fueron las más bajas en 34 años, no vistas desde 1991. El consumo de gas por red alcanzó entre 99 y 100 millones de metros cúbicos diarios, muy por encima de los picos invernales habituales de 85 a 90 millones.

A la altísima demanda se sumó un problema en la oferta: el lunes, la inyección de gas de dos campos de shale en Vaca Muerta, La Calera (Pluspetrol) y Aguada Pichana Este (Total Austral), cayó entre 6 y 7 millones de metros cúbicos diarios por cuestiones técnicas. Esta combinación de menor producción y demanda desmedida generó que los gasoductos perdieran volumen de transporte.

La Secretaría de Energía, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) y la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) justificaron las medidas «porque no hay otra opción», priorizando el abastecimiento a los 9 millones de hogares del país, a quienes «no se les puede cortar nunca el gas natural por redes».

Falta de inversión

La interrupción del servicio a industrias y estaciones de GNC, que son la tercera prioridad en el esquema de abastecimiento (después de hogares y comercios), tiene un impacto directo en la actividad económica. Además, el corte de exportaciones a países vecinos como Chile, Brasil y Uruguay genera un costo reputacional y de confianza.

La crisis se agrava con el mayor uso de combustibles alternativos más caros, como gasoil y fuel oil, en centrales termoeléctricas, y la importación de electricidad. A esto se suma la salida de servicio de la central nuclear Atucha II la semana pasada, que también afecta la estabilidad energética.

Desde la Secretaría de Energía, se culpó a los «problemas estructurales» de gobiernos anteriores por la «ausencia de inversión sostenida, falta de señales de precios y un esquema de tarifas congeladas que impidieron el desarrollo de la infraestructura necesaria». No obstante, cabe recordar que el ex Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (hoy Gasoducto Francisco Pascasio Moreno), operativo desde 2023 y con capacidad ampliada a 21 millones de metros cúbicos diarios en 2024, busca justamente sustituir importaciones y mejorar la confiabilidad del sistema. La actual situación subraya que, a pesar de los avances, los desafíos estructurales persisten.

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